Miquel Garcia
Tant les últimes declaracions de Pablo Iglesias (1) com les de Alberto Garzón (2) apunten a la conformació de llistes unitàries a diversos indrets de l'Estat de les que formarien part Podemos, IU i altres forces d'àmbit autonòmic (com Compromís al País Valencià).
El moviment
del Consell de Coordinació de Podemos (la direcció efectiva del
partit, dirigida per les batutes de Pablo Iglesias i Iñigo Errejón)
s'explica en bona mesura per l'afebliment progressiu de les
expectatives electorals de la formació podemita, que continua
perdent espai potencial dia a dia.
Davant la
possibilitat, gens menyspreable, que IU aconseguira rendibilitzar el
seu afebliment, siga de manera directa o indirecta mitjançant
marques com “Ahora en Común”, la cúpula de Podemos prefereix
ara involucrar a IU en pactes electorals amb la doble intenció de
guanyar vots i, si és possible, fagocitar una IU molt debilitada per
l'ascens de Podemos.
Una
figura tant representativa com Alberto Garzón ha saludat l'oferiment
de Pablo Iglesias i dels seus com si d'una taula de salvació es
tractara. Diu el diputat d'IU al seu facebook: “Si
finalmente se consigue que los procesos de unidad popular, en los que
participamos las gentes de IU y de otras formaciones a lo largo de
todo el Estado, se encuentren con las gentes de Podemos, estaremos
ante la posibilidad real de cambio en este país.”
Quan
Alberto Garzón parla de “processos d'unitat popular”, suposem
que es refereix a iniciatives com “Ahora en Común” (3) o les
Marees gallegues (4). Tanmateix, la cúpula de Podemos està pensant,
al fer les seues declaracions, en acords electorals entre direccions,
en coalicions electorals a l'antic ús.
És això la Unitat Popular?
Aquestes
coalicions poden, efectivament, tenir una rendibilitat electoral
immediata i aconseguir més vots que els que aconseguirien les
diferents forces per separat. Fins i tot les coalicions gaudirien
d'un ample suport de la ciutadania d'esquerres i colpejada per la
crisi que, ara mateix, s'orienta només a la victòria electoral,
sense entrar encara en altres tipus de consideracions.
Però,
realment, un acord electoral de tipus cupular NO és una Unitat
Popular tal com es concep entre l'activisme social i polític, ja que
li manca una part importantíssima de la seua essència:
l'empoderament popular, la participació des de baix, la supeditació
de llistes i programes al manament popular directe.
Els
acords cupulars partidaris poden permetre la participació de les
bases de manera limitada, mitjançant la petició de confirmació
d'aquestes als acords prèviament establerts (i això sempre en
funció dels límits democràtics de cada formació) però això
representa una diferència substancial respecte de l'empoderament
directe i del poder assembleari.
L'empoderament
ciutadà està dotat d'una gran UTILITAT política en diferents
direccions. Una d'elles és la de poder ser capaç de canviar les
decisions polítiques de les direccions o de revocar-les quan
aquestes actuen en contra dels programes o estratègies prèviament
acordats. Aquesta és una capacitat que dona molta por a les cúpules
desitjoses de control absolut, malgrat proclamar-se de manera
continuada tribuns del poble.
Hauria
d'exigir-se tant a Podemos com a IU i a altre forces implicades als
acords- com Compromís a casa nostra -que no es limiten a dur
endavant un acord de cúpules sinó que l'òbriguen a la ciutadania
permetent el seu empoderament.
¿Unidad Popular o coalición de partidos?
Miquel Garcia
Tanto
las últimas declaraciones de Pablo Iglesias (1) como las de Alberto
Garzón (2) apuntan a la conformación de listas unitarias en varios
lugares del Estado de las que formarían parte Podemos, IU y otras
fuerzas de ámbito autonómico (como Compromís en el País Valencià).
El
movimiento del Consejo de Coordinación de Podemos (la dirección
efectiva del partido, dirigida por las batutas de Pablo Iglesias e Iñigo
Errejón) se explica en buena medida por el debilitamiento progresivo de las
expectativas electorales de la formación podemita, que continúa
perdiendo espacio potencial día a día.
Ante la
posibilidad, nada despreciable, de que IU consiguiera rentabilizar su debilitamiento, sea de manera directa o indirecta mediante marcas como
“Ahora en Común”, la cúpula de Podemos prefiere ahora involucrar a IU en
pactos electorales con la doble intención de ganar votos y, si es
posible, fagocitar una IU muy tocada por el ascenso de Podemos.
Una
figura tan representativa como Alberto Garzón ha saludado el
ofrecimiento de Pablo Iglesias y de sus cómo si de una tabla de
salvación se tratara. Dice el diputado de IU a su facebook: “Si
finalmente se consigue que los procesos de unidad popular, en los que
participamos las gentes de IU y de otras formaciones a lo largo de todo
el Estado, se encuentren cono las gentes de Podemos, estaremos ante la
posibilidad real de cambio en este país.”
Cuando
Alberto Garzón habla de “procesos de unidad popular”, suponemos que se
refiere a iniciativas como “Ahora en Común” (3) o las Mareas gallegas
(4). Aun así, la cúpula de Podemos está pensando, al hacer sus
declaraciones, en acuerdos electorales entre direcciones, en coaliciones
electorales al antiguo uso.
¿Es esto la Unidad Popular?
Estas
coaliciones pueden, efectivamente, tener una rentabilidad electoral
inmediata y conseguir más votos que los que conseguirían las diferentes
fuerzas por separado. Incluso las coaliciones disfrutarían de un amplio
apoyo de la ciudadanía de izquierdas y golpeada por la crisis que, ahora
mismo, se orienta sólo a la victoria electoral, sin entrar todavía en
otros tipos de consideraciones.
Pero, realmente, un
acuerdo electoral de tipo cupular NO es una Unidad Popular tal como se
concibe entre el activismo social y político, puesto que carece de una
parte importantísima de su esencia: el empoderamiento popular, la
participación desde bajo, la supeditación de listas y programas al
mandato popular directo.
Los acuerdos cupulares partidarios
pueden permitir la participación de las bases de manera limitada,
mediante la petición de confirmación de éstas a los acuerdos previamente
establecidos (y esto siempre en función de los límites democráticos de
cada formación) pero esto representa una diferencia sustancial respecto
de la empoderamiento directo y del poder asambleario.
El
empoderamiento ciudadano está dotado de una gran UTILIDAD política en
diferentes direcciones. Una de ellas es la de poder ser capaz de cambiar
las decisiones políticas de las direcciones o de revocarlas cuando
estas actúan en contra de los programas o estrategias previamente
acordados. Ésta es una capacidad que da mucho miedo a las cúpulas
deseosas de control absoluto, a pesar de proclamarse de manera
continuada tribunos del pueblo.
Tendría que exigirse
tanto a Podemos como IU y a otro fuerzas implicadas a los acuerdos- como
Compromís en el País Valencià -que no se limitan a llevar adelante un
acuerdo de cúpulas sino que lo abran a la ciudadanía permitiendo su
empoderamiento.
Notas
- Roda de premsa Consell Coordinació Podemos:
https://youtu.be/sFUELfS5SxY || Pablo Iglesias abre la puerta a pactos locales con Izquierda Unida: http://www.diariosur.es/nacional/201508/24/pablo-iglesias-abre-puerta-20150824143142-rc.html - Alberto Garzón Espinosa, “Una candidatura unitaria más cerca”:
https://www.facebook.com/alberto.garzon.espinosa/posts/921571451268961?fref=nf&pnref=story - Ahora en Común:
http://ahoraencomun.org Las mareas gallegas apuestan por una candidatura popular donde Podemos sea uno más:
http://sabemosdigital.com/hoy/2756-las-mareas-gallegas-apuestan-por-una-candidatura-popular-donde-podemos-sea-uno-mas
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