martes, 18 de agosto de 2015

Necesitaremos de toda nuestra inteligencia colectiva para ganar




Brais Fernández y Joseba Fernández
Coordinadores del programa de la VI Universidad de Anticapitalistas

En los últimos tiempos, la frase de que la generación joven es “la generación más preparada de la historia” ha retumbado por todas partes. Si la Historia fuese un desarrollo absoluto, basado en una sucesiva acumulación de saberes y una concepción del conocimiento fundamentalmente tecnológico-productivo, como piensan ciertas filosofías positivistas, la famosa frase sería cierta. Pero si el conocimiento es algo más complejo, en donde también hay que contabilizar su relación con la auto-emancipación humana (o empoderamiento, en lenguaje de época) y la Historia se mide de forma relativa, quizás estemos todavía un poco lejos de ser la generación más preparada.

Las bibliotecas de la socialdemocracia alemana a principios del siglo XX, los círculos de obreros que se reunían en París después de jornadas de trabajo extenuantes para de alguna forma recuperar el tiempo que el patrón les robaba, como rememora Ranciére en “La noche de los proletarios”; los ateneos de la CNT en el Estado Español, las Casas del Pueblo del PCI… Hay un hilo subterráneo que une emancipación y conocimiento, una búsqueda como forma de huir de la opresión, pero también como herramienta para imaginar un mundo mejor.

Frente a la dictadura de los expertos (que sin duda atesoran saberes necesarios), la VI Universidad de Verano organizada por Anticapitalistas apuesta por la secularización de la política, por la desacralización del pensar. Obviamente, hay una apuesta política en esta forma de enfocar el problema. Gramsci reformula la idea intelectual, ampliando el concepto a todas las personas que generan ideas. Así el titulo de intelectual pasa de ser algo concedido por las instituciones a ser algo inserto en las relaciones sociales vivas. El pensador sardo decía que cada clase social crea sus propios intelectuales orgánicos para pensar, relacionarse y hacer el mundo. La apuesta de la Universidad Anticapitalistas va en ese sentido: dotarnos de herramientas para una práctica teórica revolucionaria, tan leal a los de abajo como las universidades privadas lo son a la clase dominante.
Este año hemos elegido el lema “Construyendo poder popular”. Creemos que es un lema que se ajusta a las tareas del momento para los y las anticapitalistas. En un contexto de materialización de la estrategia de “asalto institucional” después de las municipales (y con la perspectiva de lo que puede ocurrir en las generales), entendemos que la ruptura democrática que deben protagonizar las clases populares no se limita exclusivamente a esa toma de posiciones en una institucionalidad ajena. Para que esa ruptura sea efectiva debe ir más allá, desarrollando mecanismos y formas de auto-organización y control social en diferentes ámbitos. Eso pasa por fortalecer experiencias reales de movimiento, ejerciendo nuevas formas de democracia y materialización de derechos.
Es ahí también donde quienes defendemos una ruptura con el Régimen del 78 y con la dinámica de austeridad tenemos una tarea inmediata. Una tarea que va a requerir poner en práctica lo mejor de nuestro caudal militante, aprendiendo de las innumerables lecciones que la historia de los procesos de cambio (y las derrotas) nos enseñan. El caso de Grecia muestra las posibilidades y, sobre todo, los límites a los que se enfrenta una estrategia que no aborde los problemas reales (del aquí y el ahora) que plantea un proceso de transformación que aspire realmente a alterar las condiciones de dominación.
Debatir sin tabúes sobre estos problemas, buscar soluciones fuera de los manuales y recetarios mágicos, contrastar la práctica con la teoría, modificar las hipótesis cuando sea necesario, acumular experiencias en la práctica concreta de la lucha de clases y proponer (y tratar de hacer efectivas) líneas estratégicas para el avance político del movimiento. A partir de hacer vivos esos elementos una organización puede ser útil para la transformación social, especialmente, en momentos donde la Historia no es agua estancada. Así, la revitalización del marxismo que está llegando desde diversos sectores intelectuales y académicos debe expresarse en el campo militante. La agudización de la lucha de clases (lamentablemente, casi siempre desde arriba) en los últimos años, ha sido un estímulo para un nuevo tiempo del pensamiento crítico, en general, y de los marxismos en particular. 
Esta Universidad Anticapitalista, también aspira a ser un espacio para seguir vinculando (y problematizando) las ideas antagonistas con las experiencias concretas de lucha social y política. Discutir desde el marxismo, el feminismo, el eco-socialismo, puede ayudar a prepararnos para un ciclo que, a pesar de la velocidad de ciertos momentos, se avecina largo, complejo y contradictorio. Y no queremos hacerlo solos: por eso nuestros foros son plurales. El hecho de que gente de diversas corrientes políticas discuta públicamente sobre un mismo tema no debilita un movimiento, sino que lo fortalece, pues genera una cultura política en la cual los problemas se pueden afrontar, no negar y esconder detrás de una mentalidad de fortaleza asediada.
Y, por supuesto, entre lo coyuntural y lo estratégico están Podemos y los proyectos municipalistas. Este evento será sin duda una concentración de activistas vinculados a estos espacios, ya sea ejerciendo una responsabilidad institucional o no, de socialización de los problemas, límites y retos que Podemos y el “movimiento real” (no sólo electoral) tiene por delante. ¿Qué herramienta electoral necesitamos para ganar las elecciones? ¿Qué tipo de instrumento tenemos que construir, con qué programa, con qué práctica y en dónde para que ganar signifique acabar con la explotación y la opresión y construir una nueva relación entre ciudadanía y política, y no sólo un cambio de representantes?
Esperamos que esta VI edición de la Universidad Anticapitalista sea útil para seguir fortaleciendo el movimiento popular, dotarlo de una perspectiva rupturista, contribuyendo a formar “intelectuales orgánicos”. Os esperamos a todas y todos en la Granja entre los días 18 y 23 de agosto.

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